Diálogo Reformador con Corea del Norte: Reformismo Espiritual

Reformismo Espiritual

El movimiento del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) tiene una actitud radical relacionada con el comunismo libertario, apelando a construir una sociedad sana y educada por medio de un activismo revolucionario y una nueva corriente de pensamiento. Pero esto implica ir más allá de cualquier dogmatismo y autoritarismo, estudiando una teoría que sintetiza la visión de Siddharta Gautama y Karl Marx, por lo que el Maitriyana valora a Han Yongun como un pensador coreano que puso en práctica el desarrollo del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui).[1]

El trabajo pionero del Maitriyana no parte de una experiencia intelectual sino del abandono de los anhelos y las conductas burguesas, aunque esto puede ser percibido como una actitud idealista según la mirada del capitalismo. En el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) hay una conversión espiritual que desemboca en una posición anti-status quo, por lo que el maestro espiritual suele ser acusado de propagar ideas extremistas y subversivas. Sin embargo, han existido extraordinarios seres espirituales que han tenido el coraje de transmitir las ideas comunistas o anarquistas, tal y como el monje Kim Songsuk, quienes asumieron una posición radical superadora de las instituciones religiosas. Pero el Maitriyana no es anti-religioso ni pro-religioso, siendo más bien una Espiritualidad Libertaria que influencia al mundo para establecer un paradigma místico postmoderno. Esto implica una crítica del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) al catolicismo y evangelismo por ser la religión de la civilización capitalista, mientras que el mahometismo es la religión de la civilización feudal. En cambio, la Espiritualidad es el elemento clave de la fortaleza transcultural de la civilización socialista libertaria que será el próximo período de la humanidad. Así, el nuevo movimiento de Revolución Cultural del Maitriyana enfatiza una visión meta-religiosa y anti-imperialista, tomando la provocativa decisión de promover el comunismo libertario como una forma progresista y reaccionaria frente a las ideas primitivas de la humanidad ordinaria. Al igual que lo que sucedió en China, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) critica la predominancia de la superstición y la fe metafísica, aunque también incluye la desconfianza radical hacia el Poder económico, político y social del Estado. Al mismo tiempo que el Maitriyana adopta la resolución de abolir la guerra, la injusticia social, la ignorancia y la contaminación, adicionalmente denuncia a la administración gubernamental del mundo como rígidamente centralizada y autoritaria. En consecuencia, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) proclama a la Espiritualidad como la única Vía que puede hacer frente a los perjuicios y daños que generan tanto las instituciones religiosas como el Poder estatal, sirviendo al desarrollo de la Verdad como forma de combatir el opio de los pueblos. Esta lucha postrreligiosa y antiestatal es altamente prominente en la agenda del maestro espiritual, cuyo liderazgo comunista libertario tiene la tarea suprema de organizar una humanidad unificada y reconciliada a través de la sabiduría compasiva (prajña-karuna).

El Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) es entonces el vehículo para el progreso y la Liberación de la sociedad, funcionando como una organización radical, transnacional, reformista y pro-democrática que lucha pacíficamente contra la hegemonía del materialismo. Ciertamente, la Espiritualidad es una autoconsciencia del Poder opresivo y alienador que posee tanto el Estado como la religión, siendo la realización del Propósito (Dharma) del ser humano, cuyo aroma principal es la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad. El movimiento del Maitriyana demuestra una separación entre religión y Espiritualidad, lo cual implica que si el marxismo está en contra del ámbito religioso del dogma no necesariamente debería estar contra la Vía espiritual del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui). Por lo tanto, las corrientes radicales del Maitriyana están directamente envueltas en el comunismo libertario, tal y como lo hizo el gran Han Yongun.[2]

El Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) desarrolla un Camino de reforma radical del mundo, luchando pacíficamente por la reconciliación de los pueblos. Por ello, la metapolítica del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) enfatiza la naturaleza altruista de la Espiritualidad, brindándole la función apropiada de ser la guía hacia la evolución y Salvación de la humanidad. Esto conduce a la Evanescencia de la supervivencia del más fuerte, defendiendo a los oprimidos a través del Amor a la Verdad y la sabiduría compasiva (prajña-karuna). De esta manera, el entendimiento de la Espiritualidad Budista es indispensable para establecer exitosamente el Gran Despertar (Maha Bodhi) del mundo postmoderno, brindando posibilidades de alcanzar la Cura (Nirvana) tanto al sujeto como a la comunidad. Este intento pionero de trascender la civilización capitalista y apelar a los ideales espirituales del altruismo y la bondad es concordante con la visión de Takakusu Junjiro.

El pensamiento del Maitriyana es una armonización entre el igualitarismo y el cosmopolitismo (segyejuui), afirmando que a partir de la idea de la naturaleza búdica universal de todos los seres el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) es tanto la Espiritualidad Libertaria del presente postmoderno como la gran unidad utópica del mundo futuro.[3] De hecho, los principios libertarios e internacionalistas del Maitriyana están basados en la Libertad, Igualdad y Fraternidad para todos los seres, construyendo una civilización global en donde todos los pueblos funcionen como una gran familia, evanesciendo así la codicia, el odio y la ignorancia. El Discurso Analítico-Existencial-Libertario (Buddha-Dharma-Sangha) del maestro espiritual realiza la civilización del futuro en el aquí y ahora como Reino de la Rectitud sobre la Tierra. Según el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva), esta sociedad del futuro será llamada un mundo budista porque será libre, igualitaria y fraternal.[4] En este sentido, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) debe ser entendido como un internacionalismo libertario basado en la idea de la hermandad y solidaridad, lo cual implica el establecimiento de un comunismo de derechos humanos que traiga justicia económica, política y social entre todo el pueblo. Ciertamente, el maestro espiritual cree que el sistema capitalista es perverso, cruel e inhumano en su búsqueda de beneficios materialistas, por lo que abandonar este tipo de civilización monetaria es esencial para la supervivencia de la humanidad y para el advenimiento futuro de un mundo budista de gran unidad.

Dado que la inequidad económica, política y cultural es un rasgo central de la civilización capitalista, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) propone un tipo de civilización de orientación socialista (sahoejuui) que se basa en el orden alternativo mundial de la solidaridad. Esta tendencia progresista y postmoderna parte del principio altruista del Maitriyana, no sólo acusando al Poder global de ser egoísta, dualista y consumista en lugar de trabajar por la Salvación del mundo, sino también creando un Reino de Rectitud y sabiduría compasiva (prajña-karuna) para todos los pueblos. Así, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) es altruista, dialéctico y desapegado, formando aprendices dispuestos a dedicar sus vidas en pos del Despertar (Bodhi) y la Salvación de todos los seres.[5] Éste es el gran deseo de todo maestro espiritual, siguiendo el Camino de Gautama, Confucio y Jesús para hacer frente sabia y compasivamente al mundo de la competición y la ganancia monetaria, cuya civilización está construida sobre la fuerza de la codicia, el odio y la ignorancia. Los valores doctrinales del Maitriyana son entonces una oposición radical a la civilización barbárica moderna basada en el imperialismo y el militarismo, impulsando una Vía realista para construir la sociedad budista de la gran unidad, igualitarismo y altruismo en el mundo contemporáneo. Ciertamente, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) no hace más que ser un devoto de esta nueva era de paz.[6]

En consecuencia, el Camino del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) se constituye en un contexto político, económico y cultural de dirección postmoderna, produciendo cambios sociales radicales basados en las ideas del apoyo mutuo de Kropotkin y en el Amor universal de Han Yongun, las cuales son prácticas contemplativas del Maitriyana. Este soporte y amor hacia todos los seres es la mejor manera de confrontar a los males del nacionalismo e imperialismo, pues se trata de la Verdad existencial que eventualmente se convertirá en realidad.[7] Precisamente, la meditación libertaria demuestra que las connotaciones comunistas o anarquistas del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) no están basadas en una teoría idealista ni metafísica, sino en una visión holística e integradora en la cual aquello que compone a la mente es idéntico a lo que compone la realidad material, por lo que la Cura (Nirvana) del sujeto también puede ser replicada para el Despertar (Bodhi) de la sociedad. Así, la experiencia de la Vacuidad (Sunyata) provee una revolución radical del mundo interno y externo. En efecto, la semilla de la Liberación que está presente en todos los seres es lo único que nunca muere en la realidad fenoménica.[8]

La ética económica del Maitriyana provee un fundamento para comprender la naturaleza comunista de las enseñanzas de Gautama, cuyo desapego económico es enfatizado fuertemente por la Vía del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui). Por ello, el maestro espiritual critica a la acumulación de propiedad y la inequidad social, viviendo en el ideal del no-consumismo. Pero esta metapolítica del Maitriyana también es concordante con el Socialismo Cristiano de pensadores como Kagawa Toyohiko,[9] criticando los impulsos hedonistas por medio de un radicalismo ético muy similar a las ideas políticas y económicas de Karl Marx. Así, Han Yongun en Corea junto con Seno’o Giro en Japón mostraron cómo liderar correcta y radicalmente al Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui), manteniendo los principios universales de la hermandad, la no-violencia y la sociedad comunal (kyodo shakai) libre de egoísmo, dualismo y consumismo.[10] Por lo tanto, la contemplación revolucionaria (kakumei-zen) evanesce las causas psíquicas del sufrimiento social, como el apego, la aversión y la inconsciencia por conducir a la explotación material, la guerra y la injusticia. Pero el Discurso Analítico-Existencial-Libertario (Buddha-Dharma-Sangha) del Maitriyana no es muy distinto de las enseñanzas pacifistas y socialistas de Jesús, cuyo movimiento se opuso al militarismo y a la dominación violenta sobre los oprimidos, intentando construir una sociedad basada en el apoyo mutuo y el Amor Espiritual. Sólo de este modo el pueblo dejará de estar basado en la búsqueda de ganancias económicas para pasar a estar basado en la solidaridad. Por lo tanto, la Espiritualidad Comprometida del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) es concordante con las ideas de la Teología de la Liberación en la enseñanza de una alternativa a la civilización capitalista. Sin embargo, aunque el Maitriyana es cercano al comunismo libertario, critica a los dogmas materialistas del comunismo autoritario de Stalin,[11] en tanto que la represión y la persecución no conducen a la purificación de la sociedad. En realidad, sólo la Espiritualidad tiene el poder de lograr la Cura (Nirvana) del pueblo, evanesciendo las creencias ilusorias –tanto metafísicas como materialistas- a través de la práctica de la meditación libertaria. Pero si se intenta desterrar a la religiosidad por medio de la violencia esto no hará más que fortalecerla, en tanto que las creencias religiosas forman parte de la estructura de la mente, siendo éste el motivo por el cual el comunismo autoritario suele comportarse como una religión en la que hay una fe absoluta y nunca se ponen en duda sus premisas y resultados. Por ello, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) parte de la transformación del aprendiz para así poder liberar correctamente a la sociedad. De esta manera, el Maitriyana está más allá del falso dualismo político entre izquierda y derecha, posicionándose como un Camino Medio trascendente de todo extremo, pues sólo este tipo de visión puede lograr la Unidad del mundo. En este sentido, los ideales políticos, económicos y culturales del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) son el intento radical más importante de la historia por reconstruir una Tierra Pura en el aquí y ahora, mostrando que únicamente los valores de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad pueden lograr la Salvación y Evolución de la humanidad.

 

El Maitriyana manifiesta que Siddharta Gautama es un héroe espiritual con una visión revolucionaria capaz de liderar al mundo a través de los períodos más oscuros de la historia, desarrollando un movimiento libertario que rechaza el orden capitalista y simultáneamente reforma la Espiritualidad. El Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) nunca se subordina al Poder gubernamental ni tampoco se limita al compromiso nacionalista, aunque ciertamente tiene una actitud independentista ante la opresión política, económica y cultural. Por ello, la metapolítica del Maitriyana permanece éticamente pura, correcta, original y profunda frente al status quo. Este Discurso histórico transnacional está sustentado en buscar los mejores intereses de la comunidad, por lo que el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) emerge como un héroe socialista y como una fuente de logros espirituales que pueden contribuir no sólo a un país sino también a todo el mundo globalizado. Así, es dudoso que el maestro espiritual tenga una perspectiva nacionalista, siendo su compleja e integradora visión algo que lo convierte en un ciudadano del mundo. De hecho, lo que subyace a las prácticas e ideas del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) es un vaciamiento de toda ideología, estando relacionado con un Reformismo Espiritual que desarrolla una Vía socialmente consciente.[12]

Sin embargo, como el Maitriyana tiene una perspectiva metapolítica no participa en la política partidista, dado que ésta última es un instrumento dualista que sirve a los objetivos e intereses del Poder mundano. Tampoco la Espiritualidad tiene una agenda metafísica asociada con las creencias religiosas. De este modo, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) no se relaciona con las instituciones opresivas del sistema político, económico y cultural. Evidentemente, este vaciamiento de toda ideología enfatiza la autorreflexión y el cultivo de la contemplación revolucionaria (kakumei-zen) dentro de un marco transnacionalista. El Maitriyana asume una práctica de meditación libertaria que sirve primariamente a un Propósito (Dharma) revolucionario de resistencia ante el Poder materialista, teniendo el compromiso y la actitud transcultural de no ceder a la opresión del sistema. Por ello, la visión del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) puede ser reconstruida como la del arquetipo del sujeto revolucionario, compartiendo ideas sabias y compasivas a los pueblos de todo el mundo. Al igual que Han Yongun, el maestro espiritual enseña el emerger de la autorreflexión y el cultivo de un Reformismo Espiritual con actitud autocrítica hacia la ilógica y supersticiosa religiosidad.[13] Así, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) enseña al aprendiz a convertirse en una persona civilizada (munmyong´in) que cree que su existencia depende de sus propios esfuerzos y capacidades, siendo responsable de todo lo que le sucede.

El Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) equipara entonces la virtud de la autodeterminación con las virtudes de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, los cuales son los principios guía de la Reforma Espiritual del mundo. Por tal motivo, el Maitriyana coincide con Han Yongun en que la recitación religiosa (yombultang) debería ser eliminada dentro de la Espiritualidad Budista, puesto que el pueblo tiende a adorar la imagen de Siddharta Gautama en vez de buscar el Despertar (Bodhi) dentro de sí mismos. Así, el maestro espiritual está en contra de la idolatría y la superstición,[14] siendo éstas prácticas de fe externa algo que el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) busca evanescer.[15] En realidad, el sujeto debe desarrollar la fe en uno mismo (chashinjok). En concordancia con Han Yongun, el Maitriyana establece que la práctica de adoración o rezo hacia los poderes sobrenaturales de Gautama es un Falso Budismo.[16] La práctica de la contemplación revolucionaria (kakumei-zen) no conduce a la idea de Dios sino que aproxima al aprendiz a su Verdadero Ser. Así, la meta-religiosidad o trans-fe tiene una función analítica, existencial y libertaria en el mundo, siendo un medio hábil del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) para superar el sufrimiento del pueblo. Esta resistencia (chohang) hacia el Discurso cultural del Poder es la mejor Vía hacia el bienestar social, liberando la mente del sujeto a pesar de cualquier circunstancia adversa u opresiva. A través de la meditación libertaria el aprendiz puede transformar el mundo de forma desapegada, teniendo fortaleza espiritual para superar la pobreza y el sufrimiento.

Esta práctica de cultivo y fortalecimiento de la Espiritualidad es el factor clave para lidiar y superar los problemas de la civilización capitalista.[17] A partir de aquí se comprende el motivo por el cual el Maitriyana es una Vía Radical que propone una alternativa comunista libertaria, promoviendo la resistencia pacífica frente a las autoridades opresivas. Basándose en el principio del retorno al Verdadero Sí-Mismo como mejor forma de posicionarse en el mundo, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) se focaliza más en el bienestar del pueblo que en la lucha o el conflicto contra el Poder opresor. Esto implica que la Cura (Nirvana) a los males de la sociedad es nada menos que el apoderamiento espiritual. Únicamente de este modo una sociedad comunista puede ser elaborada exitosamente y sin resentimiento hacia las clases sociales altas, pues la revolución mundial del Maitriyana parte desde la base del Despertar (Bodhi) del sujeto. En realidad, por medio de la contemplación revolucionaria (kakumei-zen) el aprendiz puede comprender que si es pobre y débil no es debido al rico y al poderoso, sino que es a causa de su propia elección y responsabilidad ante la infelicidad.[18] Esto implica que siempre existe una posibilidad de cambio fundamental dentro del ser humano. Por lo tanto, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) argumenta que la transformación social comienza con uno mismo, superando las dificultades al vaciarse de todo pensamiento ilusorio y conducta equivocada. Así, el esfuerzo liberador del sujeto es el instrumento más poderoso para lograr la felicidad social. La práctica de meditación libertaria es una autorreflexión y autorresponsabilidad que funciona como un principio guía para el Reformismo Espiritual de la humanidad, guiando éticamente al pueblo al enseñarle un nuevo modo de vivir, pensar y actuar en el mundo. Aunque la agonía y el sufrimiento causado por otros sea indescriptible, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) muestra que la senda hacia la Liberación es una cuestión de autorreflexión y autocrítica.[19] Frente a la miseria generada por el sistema opresivo, el Maitriyana tiene un predicamento que trabaja por la autorrealización del pueblo y no por el resentimiento hacia el opresor, enseñando que para alcanzar la Libertad no hay que destruir al enemigo sino alcanzar la Cura (Nirvana) de la mente, transformando la propia manera de pensar y ver la vida. Sólo esto puede traer la independencia transnacional de los pueblos, removiendo las causas psíquicas fundamentales del capitalismo que son el apego, la aversión y la inconsciencia. Incluso, en el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) la eliminación del capitalismo no es considerada como la solución final, sino que más bien lo es el Despertar (Bodhi) de la mente y de la sociedad. Al mismo tiempo, esto implica que la opresión del Estado es ineficaz e inexistente si no cuenta con el respaldo de la comunidad, por lo que el pueblo simplemente debe despertarse si decide ser libre y crítico contra la opresión política, económica y cultural del Poder dominante. Por ende, el Maitriyana nunca alienta a luchar violentamente contra la opresión y el dominio gubernamental, pues está adherido a principios analíticos, existenciales y libertarios. Esto implica que el maestro espiritual busca motivar al pueblo, rehabilitando su Libertad Intrínseca para que logre una actitud de independencia psicológica, filosófica y política hacia su opresor. De este modo, toda relación colonialista no es más que la consecuencia de la pasividad y sumisión del ser humano, el cual es un agente de cambio cuando alcanza la Cura (Nirvana), comprendiendo que tanto el sufrimiento como la felicidad son algo que depende de uno mismo. De esta manera, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) supera la dialéctica Amo-Esclavo, no apelando a la culpa ni al autodesprecio, sino más bien a la responsabilidad ética y el desapego hacia el Poder externo.

Las ideas transnacionales del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) focalizadas en la autorrealización y autotrascendencia del aprendiz constituyen una importante alternativa a la mera visión anticapitalista, promoviendo una comprensión sobre cómo construir un mundo mejor y postmaterialista. Sin embargo, esto no implica una visión metafísica, pues el Maitriyana trasciende todo dualismo. Así, el maestro espiritual no sólo critica la visión monetaria de la vida, sino también a la visión fatalista religiosa que cree que todo lo que sucede está preparado por el Cielo (ch´onmyong) o por el Destino (p´alcha). Por lo tanto, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) coincide con Yi Kwangsu en el hecho de que las creencias supersticiosas deberían ser descartadas para que el pueblo entienda que ellos mismos son los que determinan sus vidas, teniendo la posibilidad de la felicidad en sus propias manos a través de la responsabilidad. Ésta es la revolucionaria posición transcultural del Maitriyana. Desde esta perspectiva, los Seres Libres e Iluminados (Arhats-Bodhisattvas) son los progenitores de la reconstrucción del mundo, argumentando que el cultivo de la capacidad ética y de la fortaleza espiritual es indispensable para la Liberación de la sociedad. Incluso aunque esta finalidad tarde un siglo en ser alcanzada, ciertamente la Vía metapolítica es el requisito esencial para lograrla, pues los valores espirituales de la responsabilidad y la autodeterminación son el marco analítico y existencial para compartir una visión transnacional y alcanzar metas globales para toda la humanidad. A través de la ética del cuidado de uno mismo (chajo), el maestro espiritual proclama un movimiento transnacional y transcultural.

En concordancia con Han Yongun, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) no se concentra en una práctica aislada de la sociedad, impulsando una Reforma Espiritual del mundo contemporáneo a través del Despertar (Bodhi) y la Liberación de la gente común. Esto implica aplicar el pensamiento de Siddharta Gautama a la práctica social, participando activamente en la transformación de la economía, política y cultura. Sin embargo, esto no necesariamente significa que el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) participa en la política local o nacional, pues su identidad e ideales son decididamente globales. De este modo, se alienta al sujeto no a servir solamente a su nación, sino a hacer lo mejor por el mundo entero, pues la verdadera identidad del Ser es la Interexistencia con todos los seres. El maestro espiritual es entonces un activista independentista (tongnip chisa) pero de toda la humanidad, no pudiendo ser encasillado con el mero rótulo de anticapitalista.

La voz libertaria del Maitriyana desafía todo convencionalismo gubernamental a través del Vehículo metapolítico del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui). En este sentido, como estableció Han Yongun, la Verdadera Espiritualidad sólo es posible cuando está libre de las interferencias y restricciones gubernamentales.[20] El Propósito (Dharma) metapolítico del Maitriyana no sólo es criticar al control gubernamental sobre la comuna libertaria (Sangha), sino también promover una administración comunitaria libre de la regulación estatal. Por lo tanto, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) se separa tanto de la política nacionalista como de la imperialista, siendo la Espiritualidad el principio guía para el mundo presente y del futuro.[21] El Maitriyana es entonces transnacional y simultáneamente anti-imperial, siendo una Espiritualidad Integrativa y Reconciliadora además de ser la Verdad Última que abarca, sobrepasa y trasciende todas las ideologías y Discursos.[22] Esto se debe a que el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) percibe la naturaleza búdica o sentido de igualdad (p´yongdung) que subyace a todos los seres. Por lo tanto, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) trasciende el dualismo entre espiritualismo (yusimnon) y materialismo (yumullon), algo que puede ser percibido en el Propósito (Dharma) de la Salvación del mundo a través de la Compasión (chabi), el Amor Universal (Pagae) y la Ayuda Mutua (Hoje). Esto demuestra que el Maitriyana es el Budismo Perenne o Trascendental, al mismo tiempo que se aleja de lo irreal y lo metafísico, abarcando y reconciliando todas las ideas psicológicas, filosóficas y políticas, por lo que es la guía suprema para todas las cosas.[23] Como metapolítica el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) tiene una posición de liderazgo con una importancia fundamental para la supervivencia y evolución de la humanidad, por lo que el nacionalismo no es un asunto importante en la vida del maestro espiritual. Al igual que la visión de Han Yongun, el Maitriyana está más allá de cualquier ideología política, especialmente el imperialismo y el nacionalismo. Sin embargo, la idea contracultural del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) es que Seres Despiertos (Buddhas) como Gautama, Confucio y Jesús tienen una sabiduría compasiva (prajña-karuna) y un amor heroico que los impulsa a desear salvar a toda la humanidad. En este sentido, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) es un Salvador Trascendente y no un mero político, pues su revolución universal es transnacional,[24] trabajando por el bienestar de todos los pueblos de la Tierra (Gaia) por encima de los límites raciales y nacionales. Incluso, aunque el maestro espiritual hable y se vista de acuerdo a costumbres locales, su Propósito (Dharma) es universal, pues tiene un compromiso absoluto con la misión de la Salvación de todos los seres, tal y como Gautama y Jesús no se preocuparon en salvar únicamente a los indios y judíos.

En concordancia con Han Yongun, el Maitriyana establece que el Ser Despierto (Buddha) está dedicado eternamente al cambio revolucionario de todo el Cosmos y nunca a un movimiento nacionalista preocupado por el bienestar de una nación en particular. Esto significa que la figura del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) como un héroe patriótico de un país debe ser reemplazada por la de un Salvador internacional y transnacional que sólo es leal a la visión universal de la sabiduría compasiva (prajña-karuna).[25] Así, las enseñanzas de Gautama no sólo fueron metapsicológicas y metafilosóficas, sino también metapolíticas, mostrando siempre al aprendiz la Vía hacia lo Real. Por ello, la contemplación revolucionaria (kakumei-zen) es la mejor manera de vivir la existencia. Aunque según el sistema capitalista el maestro espiritual puede ser considerado como alguien inservible para el mundo moderno, ciertamente la Espiritualidad Libertaria es el mejor modo posible para realizar cambios en la sociedad, ayudando a los oprimidos de todos los pueblos. En este sentido, los ideales del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui), como el pacifismo, el comunismo de derechos humanos, la educación y la ecología, son actividades fundamentales que superan cualquier ideología política, sea imperialista o nacionalista, pues la Espiritualidad nunca debe estar aliada a la dominante posición gubernamental. Mientras que el Poder económico, político y cultural de la civilización capitalista considera que la Espiritualidad es un asunto irrelevante e incluso sin sentido para la vida moderna, en cambio, el Maitriyana afirma que la política local partidaria o gubernamental es la que tiene poca importancia para el mundo postmoderno, en tanto que el sujeto debería comprometerse a intereses y objetivos globales. La Revolución (Hyongmyong) del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) no sólo habla de metapolítica, sino también de cómo transformar el mundo interno y el mundo de las ideas. Por lo tanto, los intereses nacionalistas no son algo urgente en la visión del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva), pues de hecho esos intereses son considerados como agresivos, ciegos y controladores de los demás.[26]

Al igual que Han Yongun, el Maitriyana critica entonces el hecho de que la Espiritualidad Budista pueda ser utilizada como una herramienta política para apoyar al imperialismo o a cualquier gobierno, por lo que el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) se posiciona como una Espiritualidad Universal con una visión amplia y más fundamental que las ideologías políticas tradicionales. Además, también se presenta a la meditación libertaria como una práctica radical anarquista con la función crucial de criticar y rectificar la equivocada dirección del imperialismo y del nacionalismo, inspirando a los pueblos para ir más allá de éstos sistemas –incluido el comunista autoritario- a través de la Autoliberación y el cuidado de uno mismo.[27]

En concordancia con Yi Kwangsu, el Maitriyana busca transformar todo el mundo en una Tierra Pura de democracia directa, pacifismo, ayuda mutua (sangho pujo) y amor mutuo (sang´ae). Todos los grandes maestros espirituales de la historia, como Gautama, Confucio y Jesús, enseñaron los valores de la Libertad, Igualdad y Fraternidad, transmitiendo amor (sarang) y Salvación a toda la humanidad. Siguiendo con la visión económica, política y cultural de Gautama, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) afirma que el estilo de vida ideal es el Desapego de la acumulación de propiedad privada junto con la oposición a la injusticia y la desigualdad, compartiendo ideas similares al comunismo libertario o anarquista. Así, el Maitriyana tiene una visión sociopolítica que guía al mundo hacia la Revolución Espiritual, la cual como señaló Emmanuel Mounier será económica, política y estructural o no será. Sin embargo, esto no implica caer en las ideologías del imperialismo o nacionalismo. Por lo tanto, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) tiene el superpoder de preservar la identidad espiritual de los pueblos, logrando que ésta no sea destruida por la civilización capitalista. Como la Espiritualidad es la actividad más importante de la vida, nunca debería estar subordinada al materialismo o al gobierno.

El Reformismo Espiritual del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) es una posición trans-económica, metapolítica y contracultural frente a las autoridades mundanas, insistiendo en el pacifismo mundial como modo de crear la justicia del futuro en el aquí y ahora, lo cual cumple con el Propósito (Dharma) de la vida humana. De esta manera, el Maitriyana es realmente un Contra-Discurso político de características anti-imperialistas y post-nacionalistas, recurriendo a la imagen del Ser Despierto (Buddha) como un héroe pacifista que salva al mundo por medio de la sabiduría compasiva (prajña-karuna), la gran bondad (taeja taebi) y la templanza (inyok), guiando con coraje a la humanidad hacia la Cura (Nirvana) del mal.[28] Por tal motivo, tanto Gautama como Jesús han sido popularmente considerados como Salvadores de todos los seres, siempre avanzando y nunca retirándose en el Camino revolucionario del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui). Esto implica obviamente asumir el Propósito (Dharma) original del Verdadero Ser, superando los eventos malignos (map´yon) de la guerra, la injusticia, la ignorancia y la contaminación. Estos obstáculos son confrontados por la contemplación revolucionaria (kakumei-zen) y la rectitud del maestro espiritual, pues la ética del Desapego es la mejor manera de tener coraje y valentía en la diversidad. Siguiendo el ejemplo de Gautama y Jesús, el aprendiz puede derrotar los obstáculos internos con un gran heroísmo, destreza espiritual y esfuerzo audaz (yongmaeng chongjin).[29] De este modo, el sujeto debería revivenciar la conquista de Gautama por sobre la fuerza de la muerte (mara), llegando incluso a estar dispuesto a no dormir durante siete días hasta que no alcance el Despertar (Bodhi).[30] En este sentido, el Maitriyana reposiciona a Gautama y Jesús como encarnaciones supremas del arquetipo del guerrero espiritual que derrota heroicamente al enemigo de la maldad que es el egoísmo, dualismo y consumismo.[31] Sin embargo, esto no implica asociar la Espiritualidad Budista con la guerra y el militarismo como erradamente ha hecho el imperialismo japonés y su guerra santa contra China y Occidente.[32] Así, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) es la Salvación de los valores de la paz mundial, la justicia social, el progreso cultural y el bienestar terrestre. La meditación libertaria enfatiza el verdadero espíritu del pacifismo internacionalista, redescubriendo a Gautama como el arquetipo heroico de la ética que pacíficamente conquista al mal. A diferencia de Harada Daiun Sogaku, el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) considera que es totalmente imposible de conocer el Discurso Analítico-Existencial-Libertario (Buddha-Dharma-Sangha) a través de la violencia.[33] El acto heroico de la no-violencia es un Discurso subversivo que deja la marca de la vida eterna en la historia, representando lealtad transnacional y devoción mística a la Tierra Pura, lo cual es el logro del Gran Despertar (Maha Bodhi) global. Así, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) emerge como el singular conquistador de una nueva civilización planetaria, siendo desafiante ante los gobiernos e ideologías dominantes del mundo. Aunque esta Liberación pueda parecer un ideal inalcanzable o utópico, el maestro espiritual tiene un compromiso inquebrantable con este Propósito (Dharma) de la Salvación y Evolución de la humanidad. De esta manera, el aprendiz debe embarcarse en la contemplación revolucionaria (kakumei-zen) con solidaridad, Atención Plena, tenacidad y sabiduría compasiva (prajña-karuna) para poder alcanzar la Cura (Nirvana) del mundo interno y externo. Por ello, sin la virtud de la meditación libertaria es imposible tener éxito en cualquier objetivo social, pues esta práctica permite superar la adversidad y la opresión.

Las expresiones poéticas del Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) son un símbolo de tenacidad, perseverancia y coraje en el Camino subversivo del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui), superando la adversidad y las dificultades que emergen cuando el pueblo se resiste al cambio. Precisamente, la contemplación revolucionaria (kakumei-zen) alienta al sujeto a vivir como si fueran los últimos cinco minutos de vida, pues esta regla ética se dirige al éxito seguro.[34] A partir de esto emerge una crítica a los líderes políticos del mundo por su falta de consistencia y compromiso espiritual ante la impermanencia. Así, sólo un patriota (chisa) del mundo va más allá de buscar seguridad e intereses personales, viviendo intensamente como si le quedasen pocos minutos de existencia. En este sentido, el Maitriyana incluye los conocimientos de muchos liberales, comunistas, anarquistas y activistas patrióticos con el fin de liderar éticamente al mundo pese a las desfavorables circunstancias económicas, políticas y culturales de la civilización capitalista. Por lo tanto, al igual que Han Yongun, el maestro espiritual suele considerar a los políticos gubernamentales como egoístas, caprichosos, cobardes y oportunistas por buscar sus propios intereses y seguridad en lugar de trabajar por el bien del pueblo. En cambio, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) es un héroe transnacional porque encarna el espíritu y práctica de la meditación libertaria, criticando a los líderes tradicionales por abandonar sus objetivos fundacionales y por no tener Sentido de Propósito (Dharma) frente a los obstáculos y dificultades. El aprendiz no debería entonces pensar en su propio beneficio sino en buscar el Despertar (Bodhi) de los demás, pues la abnegación y el Desapego de uno mismo es una actitud de Cura (Nirvana). Sólo este modo de ser supera todas las tentaciones y humillaciones del Poder. La crítica a la política estatal –imperialista o nacionalista- que realiza el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) es una evidencia de un compromiso libertario e internacionalista con el comunismo de derechos humanos que es un Contra-Discurso supraideológico frente a la represión del capitalismo y el autoritarismo. Esto implica que la metapolítica del Maitriyana trasciende tanto al capitalismo salvaje como al comunismo dictatorial.

El Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) ofrece muchas alternativas al modo de entender la sociedad, denunciando como errónea a la perspectiva materialista cuyas ideas de progreso están basadas en el monetarismo. Como demuestra la vida del maestro espiritual, la esencia de las ideas libertarias del Maitriyana no es un llamado anticapitalista sino una autocrítica de la mente, evanesciendo las causas de la avidez de propiedad privada que son el apego, la aversión y la inconsciencia. Bajo la influencia del Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) se instaura un particular modo comunista de organización social que abandona la codicia, el odio y el engaño de la economía, política y cultura. De esta manera, el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) es un superhéroe con un internacionalismo original y sin paralelo, nunca alentando al rencor y a la hostilidad hacia el Poder opresivo. En este sentido, la ética del Camino Medio convierte al Maitriyana no en un movimiento anticapitalista sino más bien en un movimiento postcapitalista, teniendo la intención fundamental de producir un Contra-Discurso subversivo ante las relaciones materialistas, liberando a la mente de las ataduras de la dependencia y la alienación.

Para el Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) lo espiritual es el asunto trascendental de todo su Vehículo metapolítico, desapegándose de las ideologías sociopolíticas del imperialismo y nacionalismo para articular el ideal místico con los objetivos comunistas libertarios. Esto implica que la Espiritualidad Budista nunca debería ser subordinada a la política gubernamental, sino que siempre debería trascenderla. A pesar de que la contemplación revolucionaria (kakumei-zen) no es metafísica, ciertamente tampoco es mundana. Por lo tanto, al igual que Han Yongun, el Maitriyana considera que la Espiritualidad Budista debe ser la guía para todas las actividades económicas, políticas y culturales, y nunca a la inversa.[35] El Socialismo Budista (Pulgyo Sahoejuui) es entonces una Vía capaz de reinventar éticamente el mundo para que funcione con una actitud de apoyo hacia la paz, la justicia, la educación y la ecología. Así, la resistencia y la colaboración coexisten en la vida del maestro espiritual, cuyo mensaje subversivo ayuda a construir una sociedad mejor. De esta manera, el Maitriyana tendrá una posición importante en la historia del mundo, dejando un legado capaz de lograr la Evanescencia (Nirvana) de los males que padece la humanidad. Esto se debe a que el Ser Libre e Iluminado (Arhat-Bodhisattva) es un complejo superhéroe espiritual y un eminente líder para el mundo del futuro, recordando a los pueblos que existe un modo alternativo y más correcto o sano de vivir en sociedad.

 

 

[1] Vladimir Tikhonov, Han Yongun´s Buddhist Socialism in the 1920s-1930s.

[2] Vladimir Tikhonov, Han Yongun´s Buddhist Socialism in the 1920s-1930s.

[3] Han Yongun, On the revitalization of Korean Buddhism.

[4] Han Yongun, On the revitalization of Korean Buddhism.

[5] Avatamsaka Sutra.

[6] Han Yongun, On the revitalization of Korean Buddhism.

[7] Han Yongun, The Buddhism I believe in.

[8] Han Yongun, What happens with the life after the death.

[9] Han Yongun, Sakyamuni’s spirit: dialogue with a journalist.

[10] Stephen Large, Buddhism, Socialism and Protest in pre-war Japan: the career of Seno´o Giro.

[11] Han Yongun, Communism and Anti-religious Ideal.

[12] Pori Park, A Korean Buddhist response to modernity.

[13] Han Yongun, A treatise on the reformation of Korean Buddhism.

[14] Jung-Shim Lee, A doubtful national hero: Han Yongun´s Buddhist Nationalism revisited.

[15] Han Yongun, The Buddhism I believe in.

[16] Jung-Shim Lee, A doubtful national hero: Han Yongun´s Buddhist Nationalism revisited.

[17] Jung-Shim Lee, A doubtful national hero: Han Yongun´s Buddhist Nationalism revisited.

[18] Han Yongun, Autorreflexión.

[19] Han Yongun, Autorreflexión.

[20] Jung-Shim Lee, A doubtful national hero: Han Yongun´s Buddhist Nationalism revisited.

[21] Han Yongun, The Buddhism I believe in.

[22] Jung-Shim Lee, A doubtful national hero: Han Yongun´s Buddhist Nationalism revisited.

[23] Jung-Shim Lee, A doubtful national hero: Han Yongun´s Buddhist Nationalism revisited.

[24] Han Yongun, The spirit of Shakyamuni.

[25] Jung-Shim Lee, A doubtful national hero: Han Yongun´s Buddhist Nationalism revisited.

[26] Jung-Shim Lee, A doubtful national hero: Han Yongun´s Buddhist Nationalism revisited.

[27] Jung-Shim Lee, A doubtful national hero: Han Yongun´s Buddhist Nationalism revisited.

[28] Han Yongun, Point of Departure.

[29] Han Yongun, Endeavor.

[30] R. E. Buswell, The Zen monastic experience: Buddhist practice in Contemporary Korea.

[31] Han Yongun, Great strength.

[32] R. H. Sharf, The Zen of Japanese Nationalism.

[33] Brian Daizen Victoria, Zen at war.

[34] Han Yongun, The last Five minutes.

[35] Jung-Shim Lee, A doubtful national hero: Han Yongun´s Buddhist Nationalism revisited.

Un comentario en “Diálogo Reformador con Corea del Norte: Reformismo Espiritual

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